Nacer para Morir

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“El flamenco ha vivido muchas miserias, aunque hoy en día no tiene nada que ver”, dice Adela Campallo. Foto: gentileza de la artista

Cuando se habla de Adela Campallo todo el mundo se quita el sombrero. En una tarde primaveral en Sevilla, en entrevista para Balletin Dance anticipaba su viaje a la Argentina y sus próximos estrenos

 

Entre los tiempos de clases y espectáculos, Adela Campallo se divide entre ser madre y crear algo nuevo, escuchar música y buscar falsetas para que su marido, el reconocido guitarrista David Vargas recupere con su guitarra. Está preparando un nuevo trabajo que estrenará en el Festival Suma Flamenca de Madrid en junio, y otro para la Bienal de Sevilla en septiembre. En octubre llegará a nuestro país para actuar y dictar talleres.

Llega a la clase con su rodete muy alto sobre la cabeza, tiene una cabellera muy larga, siempre está sonriendo y canta durante toda la clase. Baila, marca, corrige, vuelve a cantar. Es de esas maestras jóvenes que parecen antiguas y tiene un gusto para bailar que a los argentinos que se dedican al flamenco les encanta.

 

Nacer para Morir

“He basado este espectáculo en la única certeza que nos da la vida cuando nacemos. Es que tú naces para morir, pero el camino nunca se sabe. Trata sobre la experiencia de la vida, quiero dejar algunos mensajes, aunque soy muy joven, la vida ya me ha dejado mensaje. Y comenzó desde que murió mi suegro que ha sido una persona súper importante en mi vida, que en una conversación me había dicho que había que vivir, había que luchar. Porque llega tu final, y llega; no sabes cuándo, ni cómo, pero llega. La obra va dedicada a mi suegro.

 

Trabaja por primera vez con un director de escena ¿cómo fue su encuentro con David Coria?

Elegí a David porque me da mucha seguridad, me gustaron varias cosas suyas que había visto y me da algo que no todo el mundo te lo da. Trabajar con un director, es estar con alguien que te pone retos, y la elección: la vida [dice mientras sonríe]. Juntos partimos de la idea, del mensaje que quiero hacer en cada escena. Cuando está claro el mensaje pienso la música, cuál será el sentido musical, que será el hilo conductor. Puedo romper en un momento dado con una escena, pero después llegamos al fin de eso y siempre está la música ligándolo todo.

[Nota: Al salir de imprenta esta edición, el staff del espectáculo había sido cambiado por: Mercedes de Córdoba en la dirección, Juan Campallo en guitarra, Jesus Corbacho y El Londro en cante, Paco Vega en percusión y Chechu en bajo].

Coreografía

Generalmente yo monto coreografía y me gusta hacerlo entre todos. Tengo clara la idea de la música (en este caso mi soleá de Triana de siempre, o la seguiriya inspirada en falsetas antiguas que hacía Merche Esmeralda y que ya nadie hace), también habrá cantes antiguos. Pero a la vez, la música tiene que ir sobre la vida y la muerte; la vida será algo muy bonito, pero hablar de la muerte… [respira, piensa] se lleva gente que tú quieres.

 

Revisit Sevilla

El título es en inglés, porque quería que no fuera normal, darle un punto contemporáneo. Y a Andrés Marín [el bailarín con el que comparte la pieza], lo elegí por su forma de ver el flamenco, cómo le gusta el cante, tiene un campo de visión mucho más amplio, sin prejuicios, está abierto a otro mundo, al que me puede acercar de su mano. Era muy idóneo para dar un viaje por Sevilla y revisitarlo.

 

¿Qué piensa en relación a la muerte?

Muchas veces cuando estás viviendo no te das cuenta que mal vives. Y cuando ocurre una desgracia te viene todo eso encima. Hay muchas formas de vivir sin vida, que la vida te pase y no darte cuenta. Alguien tiene que darte una pauta para que te muevas, ya que no nos damos cuenta que el tiempo se va, la vida se va.

El flamenco tiene mucho de vida y muerte…

La pena sobre todo, más que la muerte. El flamenco, según dicen, viene de la gente errante, que vive feliz con sus fiestas y todo, pero no tienen nada y son echados de todas partes. Viven de la pena. Me contaba mi tío que antiguamente había muchos que esperaban la noche para ser llamados por los señoritos, para cantar por una peseta o dos, y con eso tenía que comer una familia entera. El flamenco ha vivido muchas miserias, hoy en día no tiene nada que ver, pero viene de un lugar de mucha pena. Antiguamente se cantaba con dolor, ahora no.

 

En Buenos Aires

En octubre estaremos por allí. Todo lo lleva David. De momento haremos cursos y estamos cerrando algunas actuaciones. Pero también estamos negociando con Japón.

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Gabriel Vaudagna Arango, Máster en Flamenco (UGR); Lic. en danzas, profesor de danzas españolas e investigador. Responsable de la columna de flamenco en Balletin Dance desde 2013. Ha publicados cuatro libros de danza: Apuntes de clases, la danza española y el baile flamenco (2013) Post Flamenco, vanguardia y ruptura en el baile (2015), Pequeños Diálogos sobre el flamenco (2017) Declarado de interés Nacional por la presidencia de la Nación, Habitar la danza (2018). Es jurado en eventos de danzas de todo el país y dicta cursos y talleres de flamenco y folklore español. La Embajada de España le otorgó un reconocimiento en 2005 por su labor de difusión cultural.