Interpretación, puesta en escena, iluminación y escenografía cuidadas, impecable trabajo con niños (verdaderos diamantes en bruto). Saltimbanquis, versión musical del cuento Los Músicos de Bremen de los Hermanos Grimm, es un acierto de calidad
La historia de cuatro animales sometidos a la opresión por sus amos humanos, es una compleja ingeniería desarrollada muy sesudamente por el director Pablo Gorlero, conocedor del género y especialista en fábulas.
Todo comienza bien. Mientras el público ingresa a la sala, se desnuda el dispositivo de la representación teatral. Los actores, actrices y asistentes técnicos están en el escenario. Se maquillan, charlan entre ellos. Precalientan y elongan.
Luego las canciones y bailes de Sergio Bardotti (letra) y Luis Bacalov (música), coreografiados por Verónica Pecollo, son ejecutados orgánicamente por los protagonistas y por el coro de pequeñajos de muy buena formación bien aprovechada por Gorlero (Muy Bien 10 y Felicitados a Matías Ibarra, dirección vocal, y a Maite Giribaldi Pochat, coach actoral).
Sheila Saslavsky (en reemplazo de Magalí Sánchez Alleno en el rol de La Gata, en la función a la que asistió Balletin Dance) aporta un valor de sensualidad y osadía meritorios.
El texto, sin embargo, entra en tensión cacofónica con la acción teatral por momentos. Es un dilema muy discreto de la puesta en escena, por el que se cuela una cierta moralina con aire de época que opaca sobre el final los méritos del cuidado juego dramático. La redundancia de cierres que “explican” la moraleja padece de un tufillo “antigrieta”… incómodo. Es difícil no entender en esto una intención complaciente con lo políticamente correcto que perturba la dinámica del resto de la obra.
El énfasis por anclar verbalmente intenciones (que se vuelven “políticas”), orientando lecturas y explicitando “contenidos”, molesta (a este cronista), aunque sin llegar por ello a invalidar el buen trago que representa Saltimbanquis, obra de actuaciones finas e ideas visuales agradablemente desplegadas.
El elenco está integrado por Mariela Passeri, Julián Rubino, Magalí Sánchez Alleno y Mariano Taccagni, con Nicolás Leguizamón, Mariel Rueda, Sheila Saslavsky y Francisco Tortorelli, además de un ensamble de diez niños: Nicolás Cúcaro, Valentina Mooney, Luna Caré, Florencia Ferrari, Guido Kañevsky, Emma Longhi, Angelina Nápoli, Zarek Nazar Dutka, Mía Rodriguez y Nicolás Sousa.