Un Mentor de la Cultura

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Luis Ovsejevich: “Recibí educación gratuita y la compensación que pude dar es ser docente, tuve una empresa, y la compensación fue la fundación”. Foto: gentileza del entrevistado

El martes 12 de noviembre, en el Salón de Actos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, se realizará la ceremonia de entrega de los Premios Konex, este año dedicado a la Música Clásica. Y por primera vez en la historia, el más importante, el Konex de Brillante fue otorgado a un artista de la danza: Oscar Araiz. Balletin Dance conversó con Luis Ovsejevich, creador de los premios y mentor de la cultura argentina

 

Es una tarde lluviosa en Buenos Aires, y Luis Ovsejevich abre las puertas de su oficina en la avenida Córdoba. Su ventanal da directamente a Plaza Lavalle y puede verse en diagonal el Teatro Colón, pero la variopinta y cuantiosa exhibición de estatuillas que hay dentro, resulta mucho más llamativa, son recuerdo y testimonio de los 126 países que el doctor ha visitado.

“Líderes como Belgrano, San Martín y Moreno, viajaban a Europa 30 días por barco para estar en contacto con lo que pasaba en el mundo. Ahora llega a la presidencia gente que nunca ha viajado pudiéndose tomar un avión y estar en cualquier parte en 10 horas”,señala quien también es presidente, pero de la Fundación Konex, dejando en evidencia que su deseo de conocer el mundo responde sobre todo a un modo de entender, asimilar y valorar la cultura.

 

¿Qué lugar ha ocupado el arte en su vida?

Mi mamá era profesora de piano y mi papá tenía su comercio. A los 4 años yo tocaba de oído lo que escuchaba de mi mamá: Chopin, Beethoven. Entonces ella me puso clases en casa: estudié y me recibí de profesor, pero nunca me dediqué. Terminé la carrera de abogado y el piano quedó como una actividad alternativa. Cuando presenté mi autobiografía, Albino Gómez que es con quien hice las conversaciones, comentó que si mi mamá me hubiese mandado a estudiar con Scaramuzza o alguien así, yo hubiese llegado a ser un Argerich o un Barenboimque tienen mi edad, pero que por suerte no lo hizo, para que yo pudiera inventar los premios Konex.

 

Instituidos en 1980, los premios Konex se han posicionado entre los más prestigiosos reconocimientos que pueda ofrecerse a los talentos destacados de nuestro país. Repartidos en diez rubros (deportes, ciencia, humanidades, entre otros) que se premian uno cada año (cada diez años se repite el mismo). Cada uno se subdivide en 20 disciplinas. La primera década se cerró en 1989 con Música Clásica, que se repitió luego 1999 y 2009, hasta hoy, sumando 40 años de los galardones.

 

¿Porqué la danza se encuentra incluida dentro del rubro Música Clásica?

LO: Por un lado, la danza viene de la música, pero la verdad es que sería imposible tener una rama específica para cada disciplina. Desde el inicio se premiaron dentro de Música Clásica a coreógrafos, bailarinas y bailarines y a partir de 2009 se incluyó también a las compañías de danza.Los artistas que recibieron el Konex de Platino en estas disciplinas son Oscar Araiz, Mauricio Wainrot y Ana María Stekelman; Olga Ferri, Paloma Herrera, Marianela Nuñez y Ludmila Pagliero. Los Bailarines fueron Wasil Tupin, Maximiliano Guerra y Julio Bocca que compartieron el premio en 1999, luego Luis Ortigoza y ahora Herman Cornejo: son figuras impresionantes.

El primer Brillante de música se lo llevó Ljerko Spiller que fue sobre todo un pedagogo, Martha Argerich lo obtuvo como pianista, mientras que Barenboim fue premiado como director y ahora lo recibe un coreógrafo. El criterio es premiar a la figura máxima de la década, pero tiene un plus relacionado con toda su trayectoria.

 

¿Cómo se proponen los ternados?

LO: Yo soy responsable de la conformación del jurado integrado por 20 personas, que son todos ganadores Konex. Ellos piensan a los postulantes. Cada año se proponen alrededor de 1000 nombres, unos 50 por categoría y de ahí quedan 5. Busco que haya gente de cada disciplina, aunque todos tienen suficiente criterio para votar todo y la libertad de dejar en blanco si lo consideran. También me preocupo de que no haya una ideología: en el jurado hay gente de todas las tendencias políticas igual que en los premiados. El jurado específico de danza este año estuvo compuesto por Laura Falcoff, Silvina Perillo, Karina Olmedo y Raúl Candal.

 

En alguna ocasión dijo que los premios son desconocidos por los más jóvenes¿piensa que con el tiempo necesitarán actualizarse?

LO: Más de la mitad de la población nació después de que yo inventé los Premios Konex, creo que el 50% de los argentinos tiene menos de 40 años. La Ciudad Cultural Konex cumple ahora 15 años, su director ejecutivo es mi hijo Andy que hace un trabajo fantástico enfocado en el mercado de entre 18 y 40 años: La Bomba del Tiempo todo los lunes, cumbia, bandas. Desde hace 5 años incluyeron también al público infantil, tomando nuestro ciclo Vamos a la Opera. Ahora apuntan también a los adolescentes y yo me ocupo de los viejos [risas]. Para ser Premio Konex necesitás trayectoria y parte del prestigio del premio es que se mantenga así. El trofeo sigue siendo el mismo de hace 40 años, es una institución como el Óscar.

 

¿Qué puede contar de su gestión como director del Teatro Colón?

LO: Estuve en las temporadas 1998 y 1999. Fue difícil, el tema sindical es muy bravo. Yo entré por pedido de Fernando De la Rúa y cuando había muchas chances de que llegase a presidente, quienes estaban en su contra hicieron una gran movida. Toda la gente que en su momento me peleaba ahora me dice que fui el mejor director que tuvo el teatro, pero en su momento no tenía el apoyo suficiente, la burocracia es algo que arrasa con todo. En mi última semana recorrí el teatro para saludar y agradecer por el tiempo que estuvo conmigo, a cada empleado que pude. Trabajé ad honorem y quise dejar un ejemplo de honestidad. Sin dudas hay mucha gente que ama el teatro, pero hay mucha otra que es la imagen estereotipada y degradada del empleado público: exige cada vez más intentando dar cada vez menos.

 

¿Qué tipo de cosas hubiese querido hacer?

LO: Quise hacer la universidad del Teatro Colón, en la escuela que está al lado: la Presidente Roca. Si hubiese tenido el apoyo, hoy tendríamos el primer teatro en el mundo con su propia universidad: no me entendieron. Muchos años después hice la Ciudad Cultural, que es mucho más que un simple centro cultural, yes una forma de hacer desde la actividad privada. A mí no me interesa meterme en la política, pero sí quisiera gente con mi pensamiento manejando el país, los tipos que cambian las cosas son los que se la juegan, no los que están pensando en la reelección y quedar bien.

 

La tarde avanza entre anécdotas y recuerdos de la vida prolífera de un Ovsejevich que ha sido exitoso en una serie de emprendimientos tan extensos como diversos, pero a la hora de definirse, asegura que las mayores satisfacciones las obtuvo de la docencia y de su trabajo a través de la fundación: “Recibí educación gratuita y la compensación que pude dar es ser docente, tuve una empresa, y la compensación fue la fundación. Siempre me preguntan cómo se me ocurrió lo de los premios; la respuesta es simple: quería premiar a los mejores argentinos.”

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Gustavo Friedenberg es técnico en Medios de comunicación, Licenciado en Composición Coreográfica y Magister en Crítica y difusión de las artes, además de actor bailarín y director. Formado en Argentina y el extranjero, ha recorrido varios países trabajando para diferentes compañías y brindando asesorías, a la par que desarrollando sus propios proyectos (Japón, EEUU, Europa, Sudamérica y el Caribe). Como bailarín se ha dedicado profesionalmente al flamenco, desempeñándose también como docente de técnica y composición.