Un Regreso Esperado con Resultados Óptimos

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Claustrofonía, sólida interacción con el espectador. Foto: gentileza de la producción

El festival anual Argentino de la Artes Escénicas, que lleva adelante la Universidad Nacional del Litoral cumplió su décima quinta temporada durante cuatro jornadas desarrolladas a fines de septiembre. Tuvo una edición dinámica con su habitual sello de calidad distintiva y que se incluyó dentro de la celebración del centenario de esa casa de altos estudios en la provincia de Santa Fe

 

En 2018 resultó extraño no contar con la variada y atractiva propuesta que la UNL tiene por tan sana y necesaria costumbre. El Argentino de las Artes Escénicas está arraigado con fuerza en la historia teatral de la ciudad de Santa Fe. Cualquier motivo que se exponga para justificar su no realización el último año será difícil de entender, más aún a sabiendas del reconocimiento y su impacto en el universo cultural de todos aquellos que en sus catorce años de programación continua, hicieron de este encuentro un acontecimiento de relevancia que trasciende los límites de esa provincia.

En septiembre pasado, en una versión más sintética y no por ello menos trascendente, se produjo la vuelta de este festival que convoca al teatro y la danza. Hubo una reformulación a la hora de confeccionar la programación y es un detalle de suma importancia: se realizó una convocatoria nacional en la que se presentaron más de 160 propuestas y de las cuales el jurado evaluador se inclinó por nueve, a la que se sumaron una ya realizada por la Comedia de la UNL y la obra de cierre invitada, El Equilibrista a cargo de Mauricio Dayub. Con esas cifras es fácil imaginar que habrá Argentino de las Artes por mucho tiempo.

Según lo señalado por las autoridades de esta casa de altos estudios, se buscó darle un enfoque diferente al habitual: se privilegió la puesta en marcha de un trayecto formativo de artes escénicas en el ámbito universitario, cuestión que se vio reflejada claramente con las charlas que acompañaron durante las distintas jornadas a los espectáculos. El primer paso ya se dio a través de los debates con representantes de las distintas universidades nacionales para la creación de políticas conjuntas en el ámbito teatral por medio de una futura Red Universitaria Escénica. Con esta iniciativa resulta alentador pensar en un trabajo a largo plazo y en cada año, un ‘Argentino’, ni más ni menos.

La edición 2019 sorprendió por su dinamismo, una programación equilibrada y una serie de actividades fuera de escena en sintonía con el escenario. Podría sugerirse algunos títulos más que focalicen en la danza, a sabiendas de lo mucho que hay en la disciplina y que se enriquecería aún el alto nivel de la grilla desarrollada. Como siempre, el bello Teatro 1º de Mayo, las salas Marechal y Maggi y el exquisito Foro Cultural cobijaron el encuentro y hay que decirlo siempre: pocas ciudades del país tienen ámbitos tan adecuados para estos desafíos y la capital santafesina y la universidad despliegan con creces sus virtudes.

Claustrofonía dirigida por Laura Peña Nuñez y El Escape del Gusano de la compañía Helena de Silvina Grinberg acercaron performances coreográficas. Ambas provenientes de la ciudad de Buenos Aires, la primera de ellas experimentó una sólida interacción con el espectador en un despliegue de improvisación y una serie de recursos que sorprendió y gratamente. La segunda, de muy buen despliegue escénico, apeló a una línea argumental que jugó permanentemente con el pasado, presente y futuro en la temática en la que el ser humano se pregunta por el mundo en el que habita y sus lógicos cuestionamientos.

Hubo puntos de alto vuelo para el teatro de prosa y llegaron de la mano de El Equilibrista con la sabia dirección de César Brie y una actuación maravillosa de Mauricio Dayub. El Immitador de Demmóstenes (CABA) llevada a escena por Gonzalo Córdova, Diego Starosta y Diego Vainer, arrastra al público a la aceleración permanente de su ritmo cardíaco, el mismo que el propio Starosta impulsa desde su fantástico trabajo unipersonal, en el que lucha contra lo imposible y sueña una realidad muy diferente. De inspiradísima factura resultaron Fausto, o la Pasión Según Margarita (Rosario) dirigida por Gustavo Guirado y en impecables desempeños de Paula García Jurado, Anahí González Gras y Edgardo Molinelli y Nunca Nadie Murió de Amor Excepto Alguien Alguna Vez, producción cordobesa de La Mucca Teatro en manos de Guillermo Baldo y en excelente tarea de Chacha Alvarado y Daniela Ferreyra.

A ellas se sumaron en muy buen nivel Imprenteros de Lorena Vega (CABA), Luisa de Lanotannegra Teatro (San Juan) con dirección de Natacha Saez y actuación de Lorena López, la cordobesa Volver a Madryn de El Cuenco Teatro con puesta en escena de Rodrigo Cuesta, La Jauría de las Damas de Adrián Airala y ¿Por Qué Demoró Tanto? de Edgardo Dib, ambas producciones locales.

El Argentino de Artes Escénicas tuvo, además, la esmerada y puntillosa exposición Atrapado por su Pasado, una muestra fotográfica, de indumentaria y objetos que recorre la trayectoria del actor, periodista y gestor cultural Roberto Schneider, una personalidad medular del teatro santafesino, quien lucha incansablemente por mantener viva la actividad. Merecido homenaje, sin dudas.

Asimismo, se desarrolló la clínica de actuación y dirección escénica Teatro de la Fuerza Ausente a cargo del artista Pompeyo Camps, se entregó la distinción de Huésped de Honor a la actriz Cristina Banegas, hubo debates de la prensa especializada y los encuentros con representantes de las universidades nacionales para encarar la consigna Tensiones entre la teoría y práctica en el ejercicio de la actividad teatral. A ello se le sumó la presentación del libro Escritos al Borde de Julio Beltzer para la Colección Itinerarios, Ediciones UNL.

Este nuevo relanzamiento de la propuesta, ambicioso y muy bien programado, en el año del centenario de la UNL, trae esperanza a que en las próximas temporadas continúe el Argentino de las Artes, tan federal como necesario, tan interesante como disparador de reflexiones, emociones y garantía de teatro y danza de calidad.

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Marcos Napoli
Egresado de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata, es en esa institución, a través de concurso abierto y de oposición de antecedentes, profesor adjunto del Taller de Producción Gráfica I Cátedra II; dicta el seminario El lenguaje periodístico gráfico: estrategias de escritura para su interés y efecto y es titular del Taller de teoría y práctica de la escritura periodística. Lleva casi cuatro décadas de trabajo en el Centro Provincial de las Artes Teatro Argentino (La Plata, Buenos Aires, Argentina), en el que tiene a su cargo el Archivo Histórico Artístico. Asimismo, cuenta con una vasta trayectoria en la docencia universitaria, investigación, redacción y edición de publicaciones en su especialidad, la música clásica.