Un Flamenco Argentino en el Festival de Jerez
Gabriel Arango Vaudagna presentará su último libro en el Centro Andaluz de Documentación del Flamenco, de Jerez de la Frontera, el 3 de marzo en el marco de la programación y actividades del XXIV Festival de Baile Flamenco de Jerez
Arango, no solamente es uno de los pocos artistas argentinos que participa del festival por segundo año consecutivo, sino que es un compatriota que ocupa un sitio entre los investigadores españoles. En Apuntes para un Baile Flamenco analiza el comportamiento del cuerpo del bailarín en el flamenco, un tema del que se escribe muy poco: existen sólo cinco trabajos sobre la transcripción del zapateo a la partitura, y en ninguno de ellos aparece el cuerpo de quien baila, lo que evidencia que algo se oculta en el panorama del análisis sobre el baile flamenco.
En este nuevo trabajo de Gabriel Arango Vaudagna (periodista de Balletin Dance), se traza un puente entre las publicaciones del siglo XX y el presente, sirviéndose de los tratados de danza impulsados por escritores y bailarines, contrastándolos con la propia experiencia en el cuerpo de quien baila.
El texto genera una tensión entre el uso del cuerpo para la danza y el ser flamenco. Desde el discurso que promueven “los flamencos” oponiéndolo a la técnica, aunque sin embargo, para bailar se requiere de técnica. Esta contradicción también pone en juego la idea de puro, de auténtico y de lo opuesto.
Resulta llamativo para este estudioso, que de los datos recogidos de algunos maestros que publicaron sobre danza (A. Pericet Carmona, T. Barrul, T. Martínez de la Peña, M. Coral, J. Vera Ortega), se basaban en la técnica clásica para la colocación del cuerpo; y por otro lado, los investigadores y críticos que escribían sobre baile, se basan en sus propias teorías románticas de cómo es una “buena bailaora”.
Escribir sobre el cuerpo y biografiar a una bailaora, son dos temas bien diferentes en los que trabaja Arango para su texto. “La mujer baila de cintura para arriba y el hombre sólo zapatea”. Para Vicente Escudero, mover las manos y las caderas, corresponde al mundo de lo femenino y está prohibido para los hombres. El artista versátil y escritor publicó una serie de leyes (1951) que determinaban cuáles eran los movimientos masculinos para bailar flamenco.
Quienes escriben sobre baile nombran a la bailarina como: “femenina y temperamental de movimientos ondulantes y sutiles…”, definiciones poco útiles para hablar de cuerpo, de movimiento y de flamenco. Un entramado que se va develando con la lectura de este libro y quizás generando nuevos interrogantes.
En la segunda parte, se propone una partitura corporal para el baile flamenco. Tomando como patrón ciertos signos que ya hacen a la estética del flamenco y codificándolos, para que sirvan como registro coreográfico y también para su aplicación en la didáctica de la danza. Teniendo como objetivo principal la autonomía del flamenco de otras danzas. Se crea esta simbología que luego se verá reflejada en el pentagrama como parte de una notación musical.
Al regreso del festival español, Arango (colaborador de Balletin Dance y máster en investigación del flamenco por la UGR) presentará su libro en Chaco, Santa Fe, Córdoba, Mendoza, San Juan y Entre Ríos, entre abril y junio.