Entrevista

 

Ese “algo” que nos mueve

Por Nahuel Aguirre

El 15 de mayo se estrena Arenga, en el teatro Aérea (con repeticiones los domingos 22 y 29), obra que aborda las motivaciones que movilizan a los artistas de la danza, además de analizar cómo el contexto, la ideología y las experiencias singulares influyen en cada cuerpo. Balletin Dance tuvo la oportunidad de asistir a uno de los ensayos y entrevistar a dos de sus creadores Sebastião Soares y Pablo Castronovo

Un mundo aparte. La puesta de luces y la ambientación que la música otorga a este montaje trasladan a quien lo mira a otra dimensión. En ella, diferentes cuerpos convergen y se movilizan en una especie de rito que consagra un elemento característico de la danza (una barra) que cobra vida gracias a los intérpretes que la rodean.

Este objeto toma formas abstractas y puede ser considerado aquello que mueve a cada intérprete. Desde su materialidad física hasta su experiencia personal y la relación que cada sujeto tiene con el arte. Soares explicó: “Arenga es un universo que reúne cuestiones claves para nuestras vidas, porque nos movemos, pero también cuestiones de género, de nuestra formación, de las razones por las cuales bailamos”.

Los problemas de la danza independiente también se hacen presentes en la pieza de una forma abstracta. Estas complicaciones son explicadas por Castronovo: “La precariedad es un motor para nuestro arte. Algo nos arenga a producir a pesar de los contras que se nos presentan”.

A medida que la charla continuaba Soares y Castronovo reafirmaron lo que se veía en los ensayos. Se trata de una puesta en escena abstracta donde el motor de movimiento y creación es un omnipresente. No existe la teatralidad o una dramaturgia explicita en Arenga. Son sólo cuerpos manifestándose, aceptando sus problemáticas.

Sobre la composición de la obra ¿Cómo montaron Arenga?

Sebastião Soares: Partimos de herramientas de composición básicas, de las que no renegamos. Hacemos cosas que nos interesan, sin buscar rarezas y aceptando nuestra formación. Luego la composición y los ensayos decantan lo que funciona y lo que no.

Pablo Castronovo: Lo único que evitamos es la coreografía tradicional. Las secuencias son entendidas como un sistema de guía.

SS: Hay coreografías escondidas, por decirlo de alguna forma. Tenemos elementos de espacio y tiempo, pero no son usados de forma clásica. También probamos tomar elementos de la improvisación.

Arenga como obra es compleja, pero el ritmo que adopta cada momento logra activar a quien la ve, sobre todo a quienes tienen cercanía con la danza. De esta forma quien vive el circuito independiente del arte se identifica con estos cuerpos que necesitan moverse a pesar de las diferentes adversidades.

PC: Hay una fuerza genuina que nos obliga a movernos y a juntarnos a ensayar un domingo o a crear en la precariedad. Eso termina reflejándose en escena.

Así es como la barra se convierte en un elemento religioso que representa las ansias de bailar. La motivación que necesitan los bailarines y esa continua retroalimentación que nutre a la danza.

Esta obra podría ser difícil de interpretar, algo de lo que sus creadores son conscientes. Aseguran que no les interesa hablar de forma explícita, y que algunos de los conceptos y experiencias que han trabajado en el proceso están plasmados en los cuerpos indirectamente.

SS: Creo que no hace falta que subrayemos algunas cosas que aparecen en escena.

Este grupo sin embargo, no deja de lado al público y busca acercarse al mismo mediante la calidad de la puesta en escena, la plasticidad y técnica de sus intérpretes, más el cuidado de las luces y la música que crean un ambiente que invita al espectador a ser parte de este rito abstracto en donde se rinde culto al cuerpo y su contexto, al movimiento y a la danza.

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Egreso en como periodista en el año 2013 de la Universidad Católica de Santiago del Estero. Trabajo en la revista empresarial Panorama jujeño del año 2012 al 2014. Colaboró en revistas culturales como Circo Cromático, Danza Europa y Américas y Giro Cartelera. Desde 2014 escribe en la revista Balletin Dance. En 2015 colabora como asistente de prensa para el grupo Una Constante. Recibe su formación como bailarín de estudios como Nuevo estudio Danza y FACE.