No Ortivarse[i]
En el entramado social, el intercambio intersubjetivo constituye una marca contundente de las relaciones humanas, aquello dialógico puede, junto con hablarse, sentirse y hacerse. En El Extranjero se ofrece Menea Para Mí, de Mariana Cumbi Bustinza, un espectáculo de danza, música y teatro
Diálogo de voces, cuerpos y emociones podría ser una completa caracterización del amor, y de eso se trata Menea Para Mí: es una de amor. El Maxi y La Pao son la pareja de amor, pero hay otras relaciones amorosas, diversas en intensidad y modalidad, y hay también situaciones que cruzan sus vidas: alegría, familia, quimeras e ilusiones, amistad, y violencia, fanatismo, droga, cárcel y muerte.
La vida de Maxi hace de hilo conductor de una historia que se cuenta por fragmentos, casi relámpagos anecdóticos que hilvanan la vida en un barrio bajo, marginal. No faltan los espantos como el paco, los abusos sexuales y la muerte violenta, los malos tratos por prepotencias, peleas y exclusiones; tampoco las alegrías por ternura, sensualidad o ardor y estados festivos: la cumbia en baile y canto, la pasión quemera (ser hincha de Huracán), el juego y la broma entre amigos.
En un espacio que sintetiza una zona urbana desangelada, una esquina o un fondo de casa, con basura en el piso, con ropa colgando, los intérpretes van de jean, zapatillas y prendas deportivas. Allí deambulan entre un no hacer nada y hacerlo todo. Sus modos de hablar empujando frases, sus tonos y su léxico lunfardo villero hacen parte de una construcción en la que los cuerpos también empujan y arraciman las acciones, el entrelazado de relaciones de grupo e individuales. Hay una constante que expresa un ímpetu siempre alerta, se diría incansable, que insiste en supervivir. La distancia objetiva que se manifiesta entre lo deseado-soñado y lo concreto del recorte marginal de su pertenencia es lo que reaparece en cada situación: el goce de lo buscado es efímero e intenso, breve porque la dureza y la condición precaria de su entorno sólo da lugar a un corto acto feliz.
Una de las canciones (Facundo Salas) dice que un ángel los protege y no los juzga pero los conmina a levantarse y enfrentar la vida que es sólo sobrevivir. Esto es lo que se ve: bailan y cantan cumbia, con lo cumbiero bien presente, expansivo, potente, divertido, melancólico. Actúan momentos de dinámicas diversas, violentos o tiernos, individuales, de pareja o colectivos, trazos de esa dura realidad.
En función, los intérpretes (Ezequiel Baquero, Luciano Crispi, Vanina Cavallito, Catalina Jure, Germán Matías, Micaela Quintano, Victoria Raposo, Florencia Rebecchi y Victoria Schwint), sostuvieron con excelentes performances y riqueza de matices la puesta de Bustinza que expuso con rigor la poética potente a la vez que austera de Menea…
Ese diálogo entre emociones, cuerpos y voces de la escena se trascendía a la platea donde, probablemente, no había ángeles, pero sí personas que, posiblemente, no pertenecían a la vida marginal que se mostraba pero que podían, desde lo emocional que se producía, reflexionar hasta dónde compartirse u ortivarse son nuestras maneras sociales de interactuar.
[i] Ortiva, y de este, ortivar, ortivarse. Lunfardo. Que traiciona, no apoya, niega o desconoce a otrxs.