El Ballet Nacional de Uruguay, Sodre, que dirige Julio Bocca, actuará los días 25 y 26 de noviembre, en el Teatro Coliseo de Buenos Aires

La Compañía oriental ofrecerá en esta capital, un programa integrado por One and Others del argentino Demis Volpi, Petite Mort de Jirí Kylián, el pas de deux de El Corsario y una suite de Don Quijote con coreografía de nuestros compatriotas Silvia Bazilis y Raúl Candal.

El Ballet del Sodre de Montevideo atraviesa una nueva etapa este año, con la dirección compartida entre Julio Bocca y Sofía Zajac, en sus ochenta y un años de existencia. Fue fundado en 1935 y desde entonces transitó variadas temporadas, con primeras figuras que prestigiaron a la institución, entre los que se recuerdan a Margaret Graham, Tito Barbón, Sara Nieto, Tola Leff, Olga Bergoloy, Raúl Severo, Mischa Dimitrievich y Marina Korolkova, entre tantos otros.

Todo el personal trabajó sin teatro (luego de un incendio) por algunas décadas, hasta que el 1º de junio de 2010, bajo la dirección artística de Bocca, comenzaron un proceso profundo de refundación, en la nueva sede del Auditorio Nacional Adela Reta. La primera misión del argentino al frente del elenco sudamericano fue buscar la excelencia profesional, conseguir desarrollar, ampliar y fidelizar al público, y posicionarlo internacionalmente.

Para ello, modificaron el reglamento interno del cuerpo estable, organizaron por primera vez en el país la coparticipación de fondos públicos y privados, con empresas privadas y/o estatales como sponsors oficiales (a través de la Asociación Amigos del Ballet BNS), y cambiaron el sistema de difusión con novedosas campañas audiovisuales. Fue un trabajo arduo, con acuerdos y oposiciones.

Esa llegada de Julio Bocca al Sodre, está crudamente retratada en el documental Avant, el largometraje dirigido por el uruguayo Juan Álvarez Neme, que el mes pasado se estrenó en la Argentina. Luego llegó el tiempo de renovar el repertorio (hoy se programa con dos años de anticipación) con la invitación de coreógrafos extranjeros, de reactivar los talleres de escenografía y vestuario que ya están completamente operativos, y reorganizar la escuela, sus planes y funcionamiento, para ofrecer los bailarines del futuro.

Esto se vive en Uruguay como una realidad que es casi cuestión de estado, y que permite tomar a este elenco de modelo para creer que las utopías pueden concretarse en el hemisferio sur. Pronto lograron agotar la capacidad de la sala (1885 espectadores) hasta con dos meses de anticipación a los estrenos… algo impensado cuando asumió Julio Bocca, en un pequeño país que había perdido el interés por el ballet. El director manifiesta públicamente que la agrupación respeta mucho al público y eso también se traslada a la convocatoria. Poco a poco fueron sumando mayor cantidad de representaciones, al punto que hoy llegan a brindar hasta dieciséis funciones de cada programa, vendiendo unas 25.000 entradas por espectáculo.

Baste dar una recorrida por la temporada 2016, que comenzó en marzo con El Lago de los Cisnes de Raúl Candal (del 31 de marzo al 16 de abril), Paquita de Luis Ortigoza, Petite Mort de Kylián y Gracias de Graciela Figueroa (del 2 al 12 de junio), Coppelia de Enrique Martínez (desde el 15 de junio para escuelas rurales), Carmen de Marcia Haydée (del 11 al 21 de agosto), Un Tranvía Llamado Deseo de Mauricio Wainrot (desde el 26 de agosto para escuelas secundarias), Onegin de John Cranko (del 27 de octubre al 11 de noviembre) y giras a Beijing (China en marzo), Colombia (octubre),  Cuba, Guatemala y Argentina (noviembre) y España (Barcelona y Madrid en diciembre).

 

Recambio permanente

Entre aquellos cambios que requería el ballet para mejorar su desempeño, de acuerdo a esta gestión, se sumaron horas al trabajo diario, y se incorporó la posibilidad de contratar a los bailarines en forma anual. Así, se trata en la actualidad de una agrupación integrada por bailarines jóvenes, muchos de los cuales se renuevan año a año, a través de audiciones que tienen lugar todos los octubres en Montevideo. Para paliar esta sangre fresca, Bocca comenzó poco a poco a convocar a ex bailarines ya retirados, que pudieran compartir con los pequeños sus vivencias y que actúan en aquellos roles que el repertorio clásico tradicional exige (madres, reyes, figuras de la corte, etc).

El mes pasado, luego de una preselección por video, 47 bailarines latinoamericanos (34 mujeres) se presentaron en los estudios del Ballet Nacional Sodre para rendir la audición. Las clases a cargo de Clara Vidal y Paulo Aguilar, fueron evaluadas por un jurado integrado por miembros del staff del BNS: Julio Bocca, Sofía Sajac, Lorena Fernández, María Noel Bonino y Daniel Galarraga. Veinte postulantes pasaron a la segunda etapa de la selección, que consistió en una clase de danza contemporánea impartida por Andrea Salazar y ejercicios de pas de deux.

El 5 de enero de 2017 se realizará otra audición de ingreso al BNS, esta vez, en los Teatros del Canal de Madrid.