El Ballet Nacional de Uruguay (BNS, Sodre de Montevideo) que dirige Julio Bocca ofreció Hamlet Ruso de Boris Eifman, del 10 al 13 de mayo en el Teatro Opera de Buenos Aires

 

Sin lugar a dudas, las presentaciones de la compañía oriental, fueron uno de los acontecimientos más importantes de este año para el ballet en la Argentina. Hamlet Ruso contiene todos los ingredientes que permiten el lucimiento de sus bailarines, desde el aspecto dramático, la construcción de múltiples personajes y una técnica no académica (aunque de base fuertemente clásica y de difícil resolución). Por supuesto que una obra de esta envergadura hubiese sido mejor apreciada en el escenario del Teatro Colón, tal como estaba previsto originalmente, cancelado por las anteriores autoridades del coliseo, con esas resoluciones que exceden a la compresión de quien escribe (vale recordar los espectáculos que se pusieron sobre el mítico escenario en la temporada anterior).

La obra de Eifman no se limita a representar una historia, la de los Romanov, sino que aborda la psiquis de sus protagonistas. La coreografía, que llegó a Buenos Aires aceitada por el cuerpo de baile, mostró unísonos prolijos y compromiso entusiasta de todos sus integrantes. La puesta, con escenografía y vestuario original (Viacheslav Okunev), lució imponente y la banda sonora que acompaña a la acción (extrañas combinaciones de Gustav Mahler y Ludwig van Beethoven) resultó conmovedora.

María Ricceto como Catalina la Grande, sin descanso en las dos horas del ballet, mostró todas las variantes que el personaje demanda: sensualidad, amor, despotismo, dominio, pero también tristeza e incertidumbre. Ciro Tamayo maravilloso como Pablo I, con una combinación naiff + esquizofrénico,  técnica cuidada y físico envidiable. Gustavo Carvalho fue convincente  en su papel, y seguro partenaire, mientras que Careliz Povea fue una ingenua y joven aparentemente enamorada.

En síntesis, el BNS pudo dotar honestamente a Hamlet Ruso de su propia identidad, un acto que desde la platea se agradece, en un indicio de que se está yendo por el camino correcto.  Y para finalizar, más allá del excelente espectáculo que ofreció el Sodre en Buenos Aires, el público, que siempre ha querido a Julio Bocca en nuestro país (su país), lo demostró con creces en sus aplausos teledirigidos, cuando salió a saludar al final de la función.


 Homenajes

Considerado internacionalmente como uno de los más importantes bailarines de ballet del siglo XX, Julio Bocca ha recibido premios, reconocimientos y distinciones en diferentes ciudades del mundo. En la Argentina, en mayo, recibió el mayor reconocimiento que otorga el Senado de la Nación Argentina, la Mención de Honor “Senador Domingo F. Sarmiento”.


 Temporada 2017

La temporada del BNS continuó con una Gala de celebración por el centenario de La Cumparsita de Gerardo Matos Rodríguez;  Don Quijote de Silvia Bazilis y Raúl Candal; Cuentos de la Selva inspirado en Horacio Quiroga; un programa mixto integrado por Tema y VariacionesChacona y Encuentros; Romeo y Julieta de Kenneth MacMillan; para finalizar el año con El Cascanueces de Bazilis en diciembre.