Diferentes Formas de Danzar

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La rareza de Vandekeybus. Foto: Danny Willems

Del 4 al 21 de octubre se desarrolló la 11° edición del Festival Internacional de Teatro y Danza de Buenos Aires (Fiba), con amplias propuestas escénicas nacionales y extranjeras. Hubo instalaciones performáticas, ponencias, trabajos de experimentación y puestas internacionales que dieron a los asistentes la oportunidad de ser espectadores de una amplia gama de obras en diferentes formatos

 

Este año el Festival Internacional de Buenos Aires, ofreció una multiplicidad de obras y trabajos, la danza tuvo su lugar, también con un diverso abanico de propuestas, desde espacios experimentales y no convencionales, a las tradicionales salas teatrales, con puestas para todos los gustos.

La presencia de obras invitadas del exterior como In Spite of Wishing and Wanting, del coreógrafo belga Wim Vandekeybus, fue una de las más comentadas con opiniones dispares. Cada coreografía, ejecutada bajo la virtud y precisión de sus bailarines, evocó imágenes ecuestres, salvajes y de comunidad. Sin embargo hubo un abuso de textos en diferentes idiomas, lo que provocó ruidos entre el espectador y los intérpretes. El contenido del material audiovisual también entorpeció el ritmo de la puesta aunque aportó un toque aún más bizarro a la obra. Los bailarines se destacaron por el carisma y el estado físico que les permitía elaborar con el movimiento, y en conjunto con la escenografía, imágenes de ensueño, como amaneceres, juego de sombras e incluso un estado aletargado.

Por su parte Noite, dirigida por el portugués André Bragal, llevó a escena criaturas de la noche, estados noctámbulos, melancolía y fiesta. Tres bailarines y un DJ, cuatro hombres que despertaron una poética múltiple. Cada momento transitó por las diferentes emociones y estados que posee un individuo (o varios) en la noche. A veces acompañados por versos románticos, otras haciendo uso de disfraces, utilería e incluso de interacciones con el público, Noite generó diversos climas en la sala. Sin demasiada complejidad coreográfica, esta puesta logró hacer un buen uso de cada herramienta sobre el escenario.

Un espacio no convencional para un espectáculo de danza: una cancha de fútbol para La Partida, obra española dirigida por Vero Cendoya, que ofreció la oportunidad de enfrentar corporalidades diferentes, la de bailarinas y futbolistas. El ritual de un partido, tuvo un pequeño giro, cuando la danza se hacía presente a los gambeteos y tácticas del deporte, provocando escenas cómicas.

Este año el festival también conto con la presencia de experiencias físicas como Topologías para Cuerpos Infinitamente Inconquistables del director Edgardo Mercado, que permitió a los asistentes interactuar y tocar a los intérpretes que se movían debajo de un gran plástico, lo que provocó situaciones particulares dentro de dicha comunicación.

El suizo-alemán, Stefan Kaegi, dio rienda suelta a la inteligencia artificial, para coreografiar recorridos y actividades de los asistentes en espacios públicos como el cementerio de Recoleta. GPS, auriculares, audios y otros dispositivos marcaron los pasos a seguir en esta intervención.

Carla Di Grazia, Sebastiao Soares y Pablo Castronovo juntos otra vez, crearon Obrafutura, en coproducción con el Fiba, completando la trilogía con Moeraki y Arenga. Este trío de intérpretes, apostó nuevamente por un lenguaje abstracto en una puesta escenográfica compuesta por espejos y luces que logró ambientar a la obra en otra dimensión, que confundía cuerpos y energías. El espacio y los reflejos acompañaban el movimiento de estos tres bailarines, una propuesta que sin embargo, por momentos se veía agotada por el uso limitado del escenario, el fondo musical y una calidad de movimiento que devino monótona.

Otras obras locales que acompañaron el desarrollo del Festival 2017, que dieron la oportunidad de atender propuestas de todo tipo (no sólo en danza, sino también en lo performático, el teatro y en las instalaciones desarrolladas en múltiples salas de la ciudad de Buenos Aires), fueron Caravana con su propuesta experimental, la alocada y ambigua Cosas que Pasan de Luis Biasotto, La Wagner de Pablo Rotemberg que luego de varias temporadas sigue en pie de provocación.

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Egreso en como periodista en el año 2013 de la Universidad Católica de Santiago del Estero. Trabajo en la revista empresarial Panorama jujeño del año 2012 al 2014. Colaboró en revistas culturales como Circo Cromático, Danza Europa y Américas y Giro Cartelera. Desde 2014 escribe en la revista Balletin Dance. En 2015 colabora como asistente de prensa para el grupo Una Constante. Recibe su formación como bailarín de estudios como Nuevo estudio Danza y FACE.