Igor Yebra, Ante el Reto de Dirigir el Ballet Nacional Sodre

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Igor Yebra en su escuela de danza y coreografía de Bilbao. Foto: Hibai Agorria

El artista español toma el testigo de Julio Bocca quien ha dirigido a la compañía uruguaya las siete últimas temporadas

Pasión, constancia y trabajo son las tres claves que guían la carrera profesional de Igor Yebra (Bilbao, 1974). Con una trayectoria como bailarín fuera de los convencionalismos, confiesa admiración por los grandes mentores de su carrera: Charles Jude, gracias al que conoció la escuela francesa y fue estrella del Ballet de la Ópera de Burdeos durante una década; Carla Fracci, de quien recibió la escuela italiana y por quien fue primer bailarín invitado de la Ópera de Roma durante un decenio; y finalmente, Yuri Grigorovich, el gran representante de la escuela rusa y con cuya obra cumbre, Iván, el Terrible, consiguió el hito profesional de convertirse en el primer bailarín no ruso en interpretar ese rol protagonista ante 6.000 personas en el Palacio del Kremlin.

Poco amigo de la nostalgia y amante de los retos, Igor Yebra asume la dirección artística del Ballet Nacional Sodre (BNS) de Uruguay -donde actuó como invitado en 2012 para la producción La Viuda Alegre-, a finales de enero, cuando atiende el llamado de Balletin Dance, a escasas horas de debutar como actor teatral en Esto no es la Casa de Bernarda Alba, en Madrid.

¿Qué significa para usted tomar el testigo de Julio Bocca?

Julio Bocca es uno de los artistas que está en el Olimpo del mundo del ballet y que ha pasado a la historia de este arte. Recibir una herencia de una persona como él es algo muy importante (si quien se dedica a esto no lo viera así, sería una irresponsabilidad muy grande). He tenido la suerte de trabajar con gente de este calibre como Carla Fracci, Yuri Grigorovich o Charles Jude, entre otros, y soy muy consciente de lo que representan a nivel global para el mundo de la danza.

¿Cuáles son los retos a los que se enfrenta como nuevo director del Ballet Nacional Sodre?

El reto principal es mantener la excelencia y que, a nivel artístico, los bailarines sigan creciendo. Luego hay que limar los pequeños problemas internos de la institución como con la orquesta. Como queremos que sea una gran compañía de nivel internacional y teniendo una orquesta en casa, no nos podemos permitir hacer espectáculos sin ella.

¿Cuál va a ser la línea de trabajo de su dirección artística?

Se trata de un trabajo de continuación y consolidación de todo lo que ha hecho Julio Bocca en estos años. Él consiguió lo más difícil y complicado: darle un cambio radical a una compañía que no estaba en su mejor momento. Sólo Bocca podía haberlo logrado, por el nombre y el poder que eso conlleva. Como en toda casa, ha creado unos pilares muy sólidos y ahora hay que consolidarlos y empezar a darle una forma mayor, para que quien venga después tenga que ocuparse principalmente del trabajo de embellecimiento. Julio ha querido hacer una gran compañía y yo quiero que así continúe.

¿Cuáles son las novedades que pretende aportar usted?

No pretendo enseñarles nada; pretendo ser el director de una compañía, alguien que haga posible que vaya funcionando lo mejor posible en todos los campos. Procuraré transmitirles las claves de mi carrera: el trabajo, la pasión y la constancia. A partir de ahí, me gustaría ayudar a que surjan nuevos coreógrafos propios y a crear un repertorio apto para giras, porque actualmente girar con un gran ballet de repertorio clásico es muy difícil por los costes económicos que tiene. Uno de mis objetivos es buscar ese repertorio por el que el público identifique a la compañía y quieran contratarla.

¿Conoce ya a los bailarines del BNS?

Aún no he tenido la ocasión de tratar con los bailarines del BNS personalmente, excepto con María Riccetto con quien sí he tenido un trato más personal y cercano, una bailarina a la que admiro y respeto. Ella es el espejo donde se miran directamente los bailarines del BNS y también es una pieza clave del equipo que estoy conformando, porque nos va ayudar a la hora de hacer crecer a los bailarines. Creo que los bailarines que ya tienen una experiencia tienen muchas cosas que aportar a los jóvenes y esto tiene su valor y su espacio.

¿Puede avanzarnos el equipo artístico que le acompañará?

En primer lugar, tengo un máximo respeto hacia todas las personas que han trabajado tantos años con Julio porque si la compañía está donde está, no es sólo por su trabajo sino por los apoyos que ha tenido detrás. He querido llevar a dos personas como equipo artístico: a Ronaldo Martins (maestro brasileño que trabaja en el Teatro Municipal de Río de Janeiro, Brasil) y a Francesco Ventriglia (director del Royal New Zealand Ballet hasta junio de 2017, del Maggio Danza de Florencia y ex primer bailarín de La Scala de Milán). Y seguirán los buenos maestros invitados, como durante estos últimos años, porque cuantas más personas puedan aportar cosas nuevas y de alta calidad profesional, es más fácil para los bailarines crecer profesionalmente.

¿Qué va a ocurrir con los proyectos que tiene en España?

Digamos que las dos cosas principales son: en primer lugar, el BNS, y en segundo lugar, la escuela que fundé en Bilbao en 2006, que seguiré gestionándola como en estos últimos once años. Lo que cambia es la distancia mayor de kilómetros. Ha habido muchos periodos de tiempo en los que no pude estar físicamente, lo que no significaba que no trabajara por ella. Me ofrecerán proyectos y se irá viendo si se pueden compaginar o no. El enriquecimiento de uno es el enriquecimiento de todo lo que le rodea.


Avance de temporada 2018

La temporada del Ballet Nacional Sodre de Uruguay arrancará el 15 de marzo con una nueva producción de La Bella Durmiente, con vestuario de la imaginativa diseñadora española Ágatha Ruiz de la Prada (Premio Nacional de Diseño de Moda de España 2017).

El resto de títulos que se podrán disfrutar en 2018 El Corsario, La Viuda Alegre, El Lago de los Cisnes y la VII Gala que incluye Etudes, entre otra piezas. El clásico navideño El Cascanueces pondrá final a la temporada en el mes de diciembre.

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Licenciada en Derecho y en Periodismo por la Universidad del País Vasco (UPV-EHU) y Posgrado en Periodismo Digital por la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Desde su infancia se interesó por el mundo de la danza, recibiendo clases de clásico, contemporáneo y jazz. Inició su trayectoria profesional en el periodismo en 1992. Ha colaborado en diversas webs y publicaciones especializadas nacionales e internacionales, y ha sido conferenciante y jurado de instituciones públicas y concursos de danza. También trabajó como responsable de comunicación en asociaciones de danza, ha coordinado y gestionado las candidaturas al Premio Nacional de Danza de Lucía Lacarra o Alicia Amatriain, y al Premio Príncipe de Asturias de las Artes de la candidatura conjunta formada por Ángel Corella, Lucía Lacarra, José Carlos Martínez y Tamara Rojo.