Tribu – Comunidad – Grupo

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Tribu Numaras de Luisana Alvarez Ricciotto. Sin su invaluable colaboración no podría haber salido a la luz este artículo. Foto: Ana Harff

Hace tres lustros, allá por 2005, comenzó a verse en la Argentina, cómo algunas bailarinas de danza árabe empezaron a bailar y vestirse de una nueva manera. Visuales recargadas de joyería étnica, faldas súper amplias y cabello recogido. Moviéndose en grupos coordinados en la danza y en la vida. Llegaba al sur, el “Tribal”

 

Los términos correctos son: American Tribal Stile (ATS) y su sucesor Tribal Fusion (TF). Pero la pregunta sigue siendo ¿esto es danza árabe? Dentro y fuera de la comunidad sudamericana del tribal hay diferencia de opiniones. Este estilo se creó en Estados Unidos a partir de las danzas tradicionales de varios países de Medio Oriente y Asia. Hace aproximadamente treinta años, que bailarinas formadas con las profesoras estadounidenses precursoras en las danzas tradicionales orientales, empezaron a desarrollar un estilo propio, una innovación que fusiona elementos estéticos y movimientos de todas esas danzas, pero principalmente se atiene a un elemento filosófico en común: la tribu, la comunidad, el grupo.

Por estas tierras, la comunidad sudamericana del tribal sigue ese mandamiento. Bailarinas, profesoras, estudiantes y organizadoras de Argentina, Chile, Uruguay y Brasil, están en permanente comunicación e intercambio para mantener el estilo vivo y en constante crecimiento. Ya sea para seguir perfeccionándose o para compartir las nuevas creaciones del TF, estas mujeres comparten micros, aviones, salones de danza, alojamientos, comidas, vestuario, inquietudes y experiencias. Según Alondra Machuca (Chile) hacer tribal, significa más que bailar ATS o vestirse de determinada manera al bailar, significa ser parte activa de la comunidad de danza tribal. Las “tribaleras” sureñas lo tienen clarísimo. Están atentas a que no se superpongan eventos en la región, se ponen de acuerdo con el costo de las clases, se invitan a bailar entre ellas en galas que organizan, recomiendan a sus alumnas festivales de otras organizadoras, bailan en las muestras unas de las otras, habilitan espacios para presentar nuevas creaciones, se apoyan promocionando shows y talleres…

La comunidad viaja hasta Brasil, para obtener la certificación otorgada por la norteamericana Carolena Nericcio-Bohlman, para trasladarse luego a Chile para estudiar con Rachel Brice (quien hizo conocer masivamente el estilo TF por haber sido parte de Belly Dance SuperStars), y se reúnen en el Opa!Fest de Buenos Aires desde hace ocho años. En Argentina, desde sus inicios, con la primera profesora en dar clases regulares Maxine Astorga (chilena que se había radicado en Buenos Aires) y las primeras inquietudes de Iman Néfesch y Myrna Nómade quienes viajaron a México en busca de este nuevo horizonte; la comunidad tribal local se destaca por su impronta inquieta y curiosa.

Cuenta la leyenda que cuando Nericcio todavía estaba en fase experimental con su tribu (forma en la cual se designan los grupos de bailarinas de ATS), le sugirieron el nombre American Tribal Stile y Fat Chance Belly Dance. Si bien existen varias profesoras certificadas por ella en la región, llamadas Sister Studio (unas 450 en todo el mundo) y que siguen la certificación on-line anual, muchas de ellas no dudan en adentrarse en la fusión con toda su creatividad y frescura. En las palabras de la bailarina estadounidense Heather Stants, el estilo tribal “toma prestado” de otras danzas para definirse.

Entonces, estas sudamericanas movedizas se adueñan de la danza tribal y lo mixturan con hip hop, contemporáneo, ballet, yoga, burlesque o folklore local, y sus estéticas pueden ir desde lo pop a lo gótico. Ellas sostienen que para hacer TF hay que tener un sólido conocimiento de ATS y desde esa base despegar. Porque el TF no es nada más que ATS + cualquier otra danza.

En los tiempos que corren, de virtualidad, las tribaleras apuestan además a las redes sociales, sin dejar de celebrar el encuentro en vivo. ¡La hermandad latinoamericana (extendida a una brasileña en Roma) está a puro movimiento! Para muchas, la danza y la comunidad tribal son un refugio donde la danza árabe responde a sus inquietudes estéticas, artísticas y humanas.


Abril: Congresso Tribal Sudamericano (San Pablo, Brasil). Mayo: visita de la rusa Tiana Frolkina con artistas locales en Buenos Aires (organiza: Luisana Alvarez Riccioto). Octubre: Opa!Fest con Piny Orchidaceae (Portugal) y Olga Meos (Kazajistán). Diciembre: Adamantiun organiza la llegada de Michelle Orrock (Estados Unidos). También: Hafla y Jam, organizado cada dos meses, para disfrutar de las exponentes de ambos estilos.

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Licenciada y profesora de Historia – PUC Minas Gerais, Brasil. Estudió danza clásica, contemporánea, danza teatro, composición coreográfica, tango y actuación. Desde 1989 dedicada a la danza del vientre y danzas orientales folklóricas femeninas, formada por maestros nativos de Medio Oriente. Practica Giro Sufi desde 2006 y desde 2009 es discípula de la Orden Sufí Naqshabandiya. Dicta talleres en su propio estudio y en Brasil, Uruguay, Chile, Portugal y España. Ha publicado artículos en diferentes medios gráficos y digitales, sobre su investigación en historia y técnica de la danza árabe femenina.