Como todos los años pares, La Habana será sede de uno de los encuentros de ballet más importantes y de mayor trayectoria del mundo, con más de medio siglo de historia. El Festival Internacional de Ballet «Alicia Alonso» estará dedicado en su 26º edición, a celebrar los 70 años del Ballet Nacional de Cuba, compañía anfitriona
Del 28 de octubre al 6 de noviembre, el evento presidido por la prima ballerina assoluta Alicia Alonso (a sus casi 98 años), agrupará al afamado Ballet Nacional de Cuba, junto a estrellas y conjuntos invitados de otros países, quienes protagonizarán los espectáculos y estrenos de coreógrafos nacionales y extranjeros.
Desde la Argentina, viajarán para esta celebración, representantes del Ballet Estable del Teatro Colón dirigido por Paloma Herrera. Macarena Giménez, Camila Bocca y Maximiliano Iglesias de la más reciente generación junto al consolidado Juan Pablo Ledo. El vínculo del Teatro Colón y el Ballet Nacional de Cuba ha sido estrecho y de mutua admiración durante siete décadas.
Este año, además, el Festival conmemora los 75 años del debut escénico de Alicia Alonso en Giselle, que será asumido por primeras figuras cubanas y estrellas del mundo de la danza. Las sedes principales del encuentro serán el Gran Teatro de La Habana «Alicia Alonso», el Teatro Nacional [salas Avellaneda y Covarrubias], el Teatro Mella y el Teatro Martí de la capital.
Programación
Muchas serán las reposiciones, pero habrá también cantidad de estrenos mundiales creados expresamente para la compañía anfitriona, algunas piezas que se verán por primera vez en Cuba y la recuperación de históricos hitos coreográficos a cargo de diferentes elencos. Cuando esta revista ingresaba a imprenta, ya habían confirmado su actuación en La Habana, el Ballet del Gran Teatro de Ginebra (Suiza), el Ballet Nacional de Praga (República Checa), el Danish Dance Theatre (Dinamarca), y del Staatsballet Berlin: Marian Walter, entre muchos otros. Englobados dentro de Stars of American Ballet, en el marco del 70º aniversario del BNC, cuya historia se encuentra estrechamente ligada desde el nacimiento al desarrollo del ballet en Estados Unidos, artistas de compañías estadounidenses llevarán a Cuba lo mejor de George Balanchine, Christopher Wheeldon, Alexei Ratmansky y Marcelo Gomes: Daniel Ulbricht, Teresa Reichlen, Ask la Cour, Sterling Hyltin, Adrian DanchigWaring, Joseph Gatti, Danielle Diniz, Indiana Woodward, Antonina Skobina, Denys Drozdyuk y Gonzalo Garcia; del American Ballet Theatre: Hee Seo, Isabella Boylston, Alban Lendorf, Cory Stearns; del New York City Ballet: Joaquín de Luz; Rasta Thomas, estrella internacional y del Maimi City Ballet: Rainer Krenstetter.
Los Argentinos
Pertenecientes a la más joven generación de primeros bailarines, Camila Bocca (20 años), Macarena Giménez (25) y Maximiliano Iglesias (24), junto a Juan Pablo Ledo, representarán al Teatro Colón de Buenos Aires en La Habana.
Balletin Dance dialogó con ellos.
Para Juan Pablo Ledo, esta será su cuarta experiencia en el Festival de Ballet. Del evento rescató la posibilidad del encuentro entre artistas de diversas compañías y culturas a nivel mundial. Esto te permite “medirte, en el sentido de ver cómo trabajan”. Y en relación a una de las particularidades del encuentro, que sucede cada mañana en la Casa del Ballet, donde se imparten clases colectivas para todos sus invitados, aseguró que será muy gratificante el reencuentro “con toda la gente, con los maestros, que son unos genios. De alguna manera todos nos sentimos iguales en el Festival, no importa si viene un solista, un cuerpo de baile, o alguien que tiene una trayectoria de 50 años. El trato es muy humano, muy cálido”. Además, será muy lindo volver “con otra edad, con otra experiencia, y trabajando con una camada de chicos jóvenes, jóvenes, que van por primera vez. Para acompañar, como en algún momento me acompañaron a mi”.
Camila Bocca, la más pequeña de la comitiva, asegura que “todos los bailarines que han tenido la posibilidad de compartir ese festival, tienen palabras halagadoras. Están súper contentos, vuelven con nuevas amistades profesionales, conocen ídolos y gente que admiraron antes. Yo particularmente tengo mucha expectativa y es un honor poder ser parte”.
Macarena Giménez, está “muy contenta y muy ansiosa para ver con qué nos encontramos allá, porque Cuba es increíble. A mí me encantó [en un viaje como turista] y ahora poder ir a bailar allá me pone muy feliz. Tuve maestros cubanos que siempre me hablaban del Festival. Me tomó de sorpresa porque no sabía que me iban a invitar”.
Maximiliano Iglesias afirma que “cualquier bailarín sabe que el Festival de Ballet de La Habana es muy importante, que es parte de la historia del ballet mundial. Entonces es un honor poder ir en representación del Teatro Colón, de la institución, de nuestra compañía, y poder llevar el repertorio del teatro”.
A la hora de soñar con el futuro, los tres concuerdan en que desde que eran pequeños, todos (la sociedad, sus maestros de danza, los bailarines profesionales) les inculcaron durante años que habría que irse al exterior para hacer carrera. Pero ellos están convencidos de la posibilidad de lograrlo en su propia Tierra.
Giménez confesó que “desde chica, siempre tuve dos deseos: uno era ser mamá y otro era ser primera bailarina del Teatro Colón”. La hija que tiene junto a Iglesias, de poco más de un año de edad, estuvo presente en esta sesión fotográfica. “Ahora es el turno de vivirlo. Trabajé muchos, muchos, años para estar donde estoy y hoy en día puedo disfrutar la responsabilidad de tener una categoría. Seguir trabajando, seguir aprendiendo y seguir subiendo al escenario. Como este mes que me tocó hacer Romeo y Julieta, que era un rol que quería hacer. Así que me irá sorprendiendo mi vida. Uno va tomando decisiones pero después la carrera siempre te da sorpresas”.
Camila Bocca, vivió un año en España perfeccionándose en la danza. “Soy de Santa Fe así que nunca supe que quería ir al Colón. Volví acá a la Argentina y entrar al Teatro fue algo que pasó. Uno cuando es chico siempre quiere irse a Inglaterra o a Estados Unidos. Me sorprendí muchísimo, porque no sabía que formar parte del Teatro Colón era algo que me iba a hacer tan feliz y que me iba a gustar tanto. Ahora estoy muy feliz, no se qué pasará después”.
Maximiliano Iglesias concuerda en el mandato de que “si estás afuera sos lo mejor. Que en Europa o en Estados Unidos están las mejores compañías del mundo y la verdad es que cuando uno viaja y conoce, no es tan así. En el Teatro Colón podés bailar obras increíbles, con unas producciones que son de otro planeta, que son mucho mejores que las de muchas compañías europeas, que tenemos una orquesta, con direcciones, con repositores internacionales, con toda una compañía entera que te acompaña, que te permite hacer un repertorio grande. Que podés hacer El Cascanueces de Nureyev, Romeo y Julieta de MacMillan, que podés hacer Balanchine, Rodin de Boris Eiffman, podés hacer de todo con la estructura que tiene el teatro. Acá en la Argentina pasan muchas cosas, como pasa en todos lados. Pero para nosotros que tuvimos la oportunidad de hacer un concurso para ingresar en forma estable, de poder tener un sueldo que no es poca cosa (y que no pasa en todo el mundo, porque afuera con 30 años no sabes si a los 31 vas a seguir teniendo trabajo. Y acá sí lo tenés y lo podes mantener). Podes formar tu familia, hacer tu vida, sin descuidar nada. Podes ser una persona normal, con una carrera adentro del teatro. Eso es importante, vos estás dentro de una institución y formas parte de un grupo, donde podés seguir creciendo”.
Para Juan Pablo Ledo, la consigna de emigrar también fue patrón desde su niñez, “todos nos decían que había que irse”. Si bien confirma que hubo épocas en que el Teatro Colón funcionó de manera caótica, con menos funciones y solamente con producciones locales, “hoy gracias a Dios, después de que se reabrió el Teatro en 2010, estamos teniendo producciones internacionales, con repositores y coreógrafos de lo mejor, si bien son pocas funciones, nosotros, los de esta generación, somos afortunados”.
Fotos: Alicia y Ricardo Sanguinetti