El Festival Nacional de Folklore de Cosquín 2020, el más importante de su tipo en la Argentina, que se realiza anualmente en enero y dura nueve noches, comenzó con un sentido homenaje a maestros emblemáticos de nuestra danza
La presentación de Emiliano Zerbini esa noche, consagrado de Cosquín 2019, comenzó con Zamba Del Cantor Enamorado de Hernán Figueroa Reyes, y cantidad de parejas de bailarines, los varones de negro y las mujeres de blanco, colmó el escenario para bailar la zamba, mientras en la pantalla gigante se proyectaban imágenes de maestros de la danza, para gran sorpresa del público que aplaudió a cada una hasta el final.
Así, desfilaron en Cosquín, Santiago Ayala “ El Chúcaro” y Norma Viola, continuó Bety Herrera, Koky y Pajarín Saavedra, Héctor Aricó, Oscar Murillo y Mabel Pimentel, Luis Hernández Silva, Viviana Pedernera, Silvia Zerbini, Juan Saavedra, Liliana Muñoz, Omar Fiordelmondo, Isadora Zerbini, Hugo Jiménez y Marina Tondini, Carlos Saavedra, Carmen Estelles, Miguel Ángel Tapia, El Pampa, Adela Saavedra, Oscar Arce, Vitillo Ábalos, y en el medio de todos ellos, apareció mi foto teniendo en la mano el libro que escribí sobre ‘Chúcaro’ y Norma Viola.
Por supuesto fue una gran alegría y emoción. Sobre todo que haya sido en el Festival donde he vivido momentos inolvidables cuando pertenecía al Ballet de los Maestros [Ayala y Viola]. Entre otras tantas obras, tuve el placer de estrenar en 1972, el Himno a Cosquín con la música de Waldo Belloso y Zulema Alcayaga. Cada noche la bailábamos con la misma emoción, o incluso cada día con un poquito más de emoción, porque la reacción del público era impresionante y te inyectaba una adrenalina especial.
Solo tengo palabras de agradecimiento para Emiliano Zerbini, excelente artista, hijo de la gran bailarina, profesora y coreógrafa Silbia Zerbini. Sus dos últimos CD están dedicados a la danza siendo un material muy utilizado por los profesores y grupos de todo el país, ávidos de conseguir música para poder armar sus cuadros. Porque sus partituras respetan perfectamente las coreografías de cada danza, dándole un vuelo musical moderno, sin perder la esencia folklórica.