Galas con artistas internacionales, nacionales y mixtas, inundaron de danza a grandes, medianos y pequeños escenarios porteños durante agosto y septiembre
Gala Internacional
Los días 11 y 12 de agosto se realizó la séptima edición de la Gala Internacional de Ballet de Buenos Aires en el Teatro Coliseo, que recibe a figuras de la danza de nivel mundial, provenientes del exterior. Este año, a diferencia de las ediciones anteriores, la dirección y producción ejecutiva del Grupo Ars, recayó exclusivamente en Liana Vinacur, y por otro lado, no hubo ninguna representación de los teatros estatales argentinos.
Pero sí nuestro país estuvo muy bien representado por la bailarina mendocina Daiana Ruiz (integrante del Teatro Colón) quien se encuentra contratada por el Stuttgart Ballet de Alemania. Junto al jovencísimo Martí Fernández Paixa, tuvo la responsabilidad de abrir el espectáculo con el pas de deux de El Corsario. Ambos cumplieron en el lenguaje clásico y también en la pieza neoclásica Adagio Ma Non Tropo del coreógrafo italiano Fabio Adorisio, no sólo realizaron con precisión los pasos competentes de cada obra sino que las bailaron.
Del extenso programa, se menciona la pareja de bailarines de ballroom, Brittany O´Connor y Paul Barris, quienes sorprendieron a la audiencia en sus dos entradas con danza descontracturada y llena de ritmo. Ella no disimuló en ningún momento sus largas piernas y sus dotes de bailarina clásica, que mostró en todo momento. Los primeros artistas del Teatro Bolshoi de Moscú, Yulia Stepanova y Denis Rodkin tuvieron a su cargo el pas de deux de La Bayadera y el cierre de la función con el atrayente duo de El Cisne Negro. Ambos dotados de una excelente técnica, no lograron traspasarle al público el alma que los bailarines rusos se jactan tener.
El reconocido Ivan Putrov que ya visitó nuestro país en otras oportunidades, mostró Two, un solo de Russell Maliphant que no pudo sostener en el tiempo; mientras que en la segunda parte de la noche, y con gran expectativa del público, trajo a escena un dúo de amor de la versión de El Lago de los Cisnes del multipremiado Sir Matthew Bournes, que bailó junto a Liam Mover, en la que tampoco logró convencer ni por su interpretación, ni por la calidad de ejecución de sus pasos (el vestuario no lo ayudó a disimular su falta de estado físico).
El cierre de la primera parte de la noche fue con el pas de deux de Diana y Acteón por la bailarina norteamericana Isabella Boylston (que actuó en nuestro país el año pasado) y el pequeño -pero grande en escena- Dmitry Zagrebin (del Swedish Royal Ballet).
El segundo segmento abrió con Raymonda, en una interesante y fluida versión de Pontus Lidberg, interpretado por Boylston junto a Alban Lendorf, un sólido y elegante dinamarqués (actual primer bailarín del American Ballet Theatre). Les Lutins coreografía de Johan Kobborg fue un ingenioso trío de humor, muy bien bailado por los dos mejores bailarines de la Gala: Dmitry Zagrebin y Alban Lendorf, quienes competían con su danza llena de destreza, buscando la atención de la pequeña Francesca Velicu (English National Ballet). Esta pieza se presentó con dos músicos en escena: el pianista Marcelo Ayub (Teatro Colón) y el exquisito violinista Luciano Casalino (Orquesta Filarmónica de Buenos Aires) que incluyeron las grandes dotes actorales que requiere la puesta, ganándose así, al finalizar, el interés de la joven en disputa.
Buenos Aires Ballet
Bajo la dirección de Federico Fernández, Buenos Aires Ballet, continúa presentándose con un programa diferente todos los meses, en el Teatro ND Ateneo (la próxima propuesta será el 11 de noviembre). Algunos de los bailarines del grupo participan en todas las funciones, mientras que otros se alternan cada mes, con variedad de experiencias profesionales (algunos más jóvenes y otros ya consagrados) ofreciendo propuestas diferentes para satisfacer a todo tipo de público.
La función del sábado 2 de septiembre, presentó un ecléctico programa. No faltaron los pas de deux clásicos, pero también incorporaron al programa obras de danza contemporánea, neoclásico y jazz. Los jóvenes Romina Panelo y Emanuel Gómez (Teatro Argentino de La Plata) hicieron Coppelia y Aguas Primaverales, con gran potencial técnico e interpretativo.
Pablo Fermani (Compañía Nacional de Danza Contemporánea), mostró un fragmento de Grapa Tango de Jorge Amarante, y puso toda la carne al asador en su Brushed Noise. Dos piezas de diferentes lenguajes, que permitieron mostrar las calidades y cualidades kinéticas de Fermani.
Los experimentados Julieta Paul y Bautista Parada (Argentino de La Plata), llevaron a escena un fragmento del segundo acto de Giselle. Ella de hermosas líneas y acertada interpretación, él siempre atento a su compañera.
El brillante pas de trois de El Corsario, llegó de la mano de Eliana Figueroa (Medora), Federico Fernández (Conrad) y Emanuel Abruzzo (el esclavo Alí), quienes supieron lucirse en sus variaciones, sorteando las pequeñas dimensiones del escenario, para cerrar airosamente la primera parte de la noche.
Through The Nigth, fue la perlita de la noche. Quizás por utilizar Georgia On My Mind de Rey Charles interpretado por Bill Medley, o quizás por la energía y el swing que llevaron a la pista sus intérpretes: Julieta Zabalza y Emanuel Abruzzo, este último también corógrafo.
La gala cerró a puro Piazzolla, con la archi-conocida y efectiva A Buenos Aires de Gustavo Mollajoli que unió nuevamente a Figueroa-Fernández.
Danzar por la Paz
La cuarta edición de Danzar Por la Paz, organizada y dirigida por Leonardo Reale, fue bien recibida por el público que concurrió el viernes 8 de septiembre a la Ciudad Cultural Konex. Como es habitual, la función tuvo un homenajeado, para destacar su carrera y trayectoria, que en 2017 fue Oscar Araiz.
El espectáculo reunió a cantidad de artistas y compañías de Argentina, e invitados del exterior. Jennifer Carlynn Kronenberg y Carlos Miguel Guerra (ex primeros bailarines del Miami City Ballet) llegaron expresamente desde Estados Unidos; y la argentina Agustina Galizzi con Sebastian Vinet (Compañía Nacional de Danza), desde México.
El espectáculo comenzó con el Himno Danzar por la Paz creado especialmente por Silvina Rouco, que esta vez contó con coreografía de Lucía García Puente y fue interpretado por las bailarinas de la Asociación Arte XXI.
A continuación una foto-galería, del lente de Alicia Sanguinetti, que transportará al lector a los momentos relevantes de aquella larga noche: