Comentario
Doppelgänger
Por Román Ghilotti
La reduplicaciĂłn de alguien, ese doble espectral que va junto a una persona (Doppelgänger en alemán), es un tĂłpico temático de lo siniestro que aparece numerosas veces en el arte. Paraje das Unheimlich, coreografĂa e interpretaciĂłn de Josefina Gorostiza y Jimena PĂ©rez Salerno, se presenta los jueves en el Espacio CallejĂłn
El tĂtulo de la obra mezcla español (paraje) y alemán (das Unheimlich, que puede traducirse como lo inquietante, misterioso y hasta siniestro). El dispositivo escĂ©nico presenta un sillĂłn curvo, de madera, grande y detrás una ancha columna de madera que fuga en la vertical.
Las intérpretes visten igual, llevan el pelo igual, son notablemente iguales.
Escondiéndose o desocultándose, ya sea merced a la columna, el sillón o la iluminación, alternativamente surge una u otra, continuando movimientos que desaparecen en los ocultamientos, sin que se pueda distinguir, al comienzo, si son dos, una, o cuál asoma. Un continuo de quien emerge, un continuo del sà mismo del personaje. Y llega el momento en que están las dos, simétricas, asimétricas.
Lo especular de ambas es lo que da centro al trabajo: movimientos simples, caminatas, gestos, variaciones formales y de esfuerzos, breves secuencias. La renovaciĂłn es constante, más de matices que de contrastes decididos, y pocas veces rompen la mutua reflexiĂłn y establecen alguna corta interacciĂłn o intercambio. Este oleaje de movimientos repetidos lado a lado finalmente se desagarra en sucesiones en que se enfrentan, todavĂa con acciones a espejo.
Lo siniestro del trabajo quedĂł manifiesto en funciĂłn por la sutil y notable interpretaciĂłn de las bailarinas: recorridos de diversos temples anĂmicos, sesgos de humor muy acotado, ajustes de rĂtmicas, gestualidades a veces hieráticas y otras densas de sentidos emocionales mostraron a las creadoras como expertas en su asunto. Esta doble figuraciĂłn, no exenta tambiĂ©n de violencia como de delicadeza, aportaba a la temática del doble su potencia aciaga.
Entre el virtuosismo del detalle y la exactitud y el juego sobre la metáfora de la duplicidad, más o menos ominosa para cada quien, mostraron en Paraje das Unheimlich una versión sólida y pesadillesca del Doppelgänger.