Ya hace tiempo que el fenómeno de teatro breve y reunido en formato “degustación” se hace notar en diferentes partes del mundo. En Buenos Aires destacaron ciclos como Teatro Bombón y El Club del Canapé, pero se afianzó definitivamente con la apertura en 2017 del rimbombante Micro Teatro en el barrio de Palermo. En ésta ocasión la danza tomó el ejemplo, y lo hizo en clave de tango
El mes pasado (sábado 10 y domingo 11), el Petit Hotel que alberga a la escuela de Tango DNI, al 1011 de la calle Bulnes, sirvió como sede del Hotel Tango, un ciclo de ocho piezas bailadas de tango escénico, de quince minutos de duración cada una. Ocho coreógrafos y ocho propuestas diferentes apropiando los diversos espacios de la casona. Entre las 17:30 y las 22:30 hs, cada uno de los micro-espectáculos realizó un promedio de cinco funciones repartidas a lo largo de ambas jornadas.
Entre las características más notables de la propuesta destacó el uso del espacio, que cada coreógrafo incorporó según su necesidad y concepción. Hubo puestas de corte más tradicional como Plateado de Silvana Grill, que utilizó una de las salas más grandes delimitando una división tradicional entre espacio escénico y espacio del público, en contraste con la inquietante Mientras Tanto de Ollantay Rojas, que se desarrolló en una pequeña sala en la cual, en muchos casos y debido a la proximidad, el espectador estaba obligado a ver a las intérpretes a través de un espejo, haciendo un interesantísimo uso de los recursos disponibles.
“Uno de los desafíos era que cada creador dialogue con el espacio propuesto -explicó Verónica Litvak, una de las organizadoras y coreógrafas que presentó Fragmento de un Elogio-. De ahí la idea de hotel, donde en cada habitación ocurre una situación diferente”.
La propuesta nace como una iniciativa de la plataforma PlaTEA, un colectivo de artistas y productores independientes del tango escénico que desde 2015 se ocupan de la visibilización y renovación del género. Además de Grill, Rojas y Litvak, integran PlaTEA Dana Frígoli, Cecilia Troncoso y Leonardo Cuello, que presentaron Asimétrico, Todos Hablamos de Amor e Inside Tango, respectivamente.
“Nos parece fundamental generar puentes con otros artistas y propiciar espacios para diferentes miradas, por eso decidimos invitar a dos creadores de estilos diversos que complementaran la propuesta general”, señaló Litvak refiriéndose a Mariano Chicho Frumboli que participó con Razones, y a Laura Falcoff con una adaptación de Así se Baila el Tango, que viene haciendo funciones desde 2015.
La lúdica propuesta logró concurrencia de gran parte de la comunidad porteña de la danza, conformando una curiosa platea entre conocidos del medio, público general, y aficionados y profesionales del tango-danza de todo el mundo, que llegan a nuestra ciudad para formarse y desarrollarse en esta práctica. Esto proporcionó al evento un interesante y poco frecuente matiz potenciado con la presencia constante de los coreógrafos, que oficiaban de guías por los estrechos pasillos del establecimiento.
Lamentablemente este cronista no pudo presenciar toda la oferta de obras, sin embargo, eso también constituyó un atractivo de la iniciativa: con funciones simultáneas, el espectador estaba obligado a elegir, tomando parte activa en su propia experiencia.
Hotel Tango superó toda expectativa y esperan repetirlo próximamente abriendo el espacio a nueva programación y creadores, según señalaron desde PlaTEA, a Balletin Dance.