Wilma Giglio en Dinamarca

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Vacaciones con trabajo en su Córdoba natal. Foto: Patricia Belver

“Mi sueño es contar historias desde el escenario”

Es cordobesa, tiene 24 años y desde los 15 vive fuera de su provincia. Primero en la Escuela de Ballet de Toronto en Canadá y desde 2014 como miembro del Royal Danish Ballet, donde en junio pasado fue promovida a solista

 

Wilma Giglio aprovechó las vacaciones del Royal Danish Ballet para instalarse en Córdoba durante un par de semanas y visitar a sus afectos. También fue la ocasión para celebrar su reciente nombramiento como bailarina solista del Royal Danish Ballet, una de las compañías más emblemáticas del mundo y cuna del estilo que creó el coreógrafo August Bournonville. Y festejar por haber recibido el Premio de talento Ole Nørlyngs de este año. Esta distinción se destina a bailarines de 16 a 25 años que hayan demostrado una habilidad técnica impresionante, personalidad distintiva y un excedente artístico en su actuación en el escenario.

Su carrera está construida en base a su determinación de “salir de las cuatro paredes del Seminario de Danzas de la Provincia de Córdoba” porque siempre se “visualizó” en otros escenarios.

En diálogo con Balletin Dance, contó cómo con sólo 15 años llegó a la Escuela de Ballet de Toronto, invitada por su directora Melisa Stein quien la descubrió en el Prix de Lausanne en 2011.

Wilma Giglio no deja su entrenamiento ni aún en vacaciones, por eso despliega su esbelta figura por las luminosas salas de ensayo del estudio de Cristina Gómez Comini, quien siendo directora del Seminario de Danzas, la animó a participar de la preselección suiza que se realizaba en Villa Carlos Paz. Con la ayuda de sus maestros de la escuela provincial cordobesa, Axel Slodki y María Esther Triviño preparó la coreografía de Swanilda (Coppelia) y un tango de Piazzolla.

Ya en Canadá su primer impacto fue que “todas las necesidades básicas de la escuela están cubiertas, a diferencia del Seminario donde siempre pasaba algo, como por ejemplo, que el piso no estaba en condiciones o se suspendían las clases. (…) Acá trabajaba mucho y con excelentes profesores, pero allá se trabaja de una manera más profunda”.

 

Volar al Viejo Mundo

Hace exactamente cuatro años, Giglio también estaba de vacaciones en Córdoba, cuando la directora de la Escuela del Ballet de Toronto le dijo que había audiciones en el Royal Danish Ballet y ella la había recomendado. En menos de una semana voló de Córdoba a Toronto y de allí a Copenhagen para la audición de la que salió victoriosa y con un contrato para cuerpo de baile.

“Lo que me inspira querer estar allí es que la gente de la compañía es muy genuina. Hay una competencia muy sana y mucho respeto”. Desde que ingresó, la argentina fue seleccionada por el director del Royal Danish Ballet, Nikolaj Hübbe, para ser aprendiz, “que es la posibilidad de estar en la sala de ensayo cuando una bailarina principal está preparando una obra y vos podés ver y estudiar también ese rol”.

Uno de sus mayores desafíos llegó cuando en sólo cinco días tuvo que preparar el rol del Hada de Azúcar de El Cascanueces. “Me preparó Jean Lucien Massot que es una persona que me conoce mucho y de quien puedo aprender, porque es muy honesto conmigo”.

Luego llegó el papel de Odile y Odette. “Era mi sueño bailar El Lago de los Cisnes porque era la primera vez que hacía un rol con una historia”, destacó la bailarina.

“Mi sueño máximo es ser esa persona que pueda darlo todo arriba del escenario. Llevarte a mi mundo. Porque nosotros los bailarines tenemos un mundo, que creamos dentro nuestro y es muy difícil que otra persona lo pueda vivir”, señaló Giglio.

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Periodista especializada en crítica de danza y gestora cultural certificada por la Universidad Nacional de Córdoba. Desarrolló su actividad durante 13 años en el diario La Voz del Interior y posteriormente en otras publicaciones como Revista Nueva, Diario La Mañana de Córdoba y Diario Alfil. Colabora con Balletin Dance desde sus comienzos hasta la actualidad.