El Gran Presente de María Celeste Losa

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“Estoy feliz”, aseguró María Celeste Losa. Foto: Carlos Villamayor

La bailarina nacida en la ciudad de La Plata se prepara para una nueva temporada en el Teatro alla Scala de Milán, coliseo en el que pasó a formar parte de la compañía estable y desde 2018, mediante concurso, se desempeña como solista

 

 

De visita en La Plata, María Celeste Losa se multiplica para visitar a sus afectos. Parece que el día no le alcanza pero hace lo imposible por cumplir con cada uno de ellos. Bailarina solista del Teatro alla Scala de Milán, esta joven artista sabe de sacrificios, esfuerzos, rutinas y disciplina. De aquellos inicios bajo la guía de Lilián Gióvine y su formación en el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón, junto a las primeras experiencias en el Ballet Concierto de Iñaki Urlezaga y en Danza por la inclusión, la llevaron a buscar destino europeo y se afincó en Italia.

Y su actualidad no es casual. Cada jornada para Losa requiere de una organización meticulosa para que sus tiempos rindan y, su entrega a la carrera, aún más. Adaptada a la vida de Milán y feliz con las posibilidades y propuestas pautadas por la compañía de la Scala, la llegada a diario a la sala de ensayo se convierte en una desafío fascinante. “Son instantes en que los que tenemos este privilegio, nos sentimos motivados por el gran compromiso que genera contar con una apertura al aprendizaje, respeto profesional y un trabajo estructural en el que no debas pensar en otras cuestiones que vayan más allá de prepararte, bailar y tomar nuevos conocimientos”, señaló con énfasis.

La compañía ha ganado en los últimos años un lugar destacadísimo en relación a otros organismos europeos. Mucho tuvo que ver la decisión de las autoridades de otorgarle al ballet más funciones, presencia de distintos maestros internacionales y giras, para que el número de representaciones vaya in crescendo.

Más delante, la jovencita señaló que “somos un cuerpo de más de ochenta bailarines estables, a los que se suman unos veinte contratados. Por ello hay que actuar y las programaciones no se detienen. Y con ese objetivo, los repertorios son amplios, hay clásicos pero últimamente se incorporaron más contemporáneos. Y para acompañar estos objetivos, prestigiosos maestros nos dictan clases para situarnos según el título en cuestión. Rusos, franceses, británicos e italianos, entre otros, trabajan a la par del coreógrafo con sus metodologías e improntas. Es maravilloso. Ver a Mauro Bigonzetti, a Anne-Marie Holmes crear en forma personalizada con cada uno de nosotros, ¡¡deslumbra!!”.

De las filas de la compañía, el último año, a través de un riguroso concurso, accedió a la categoría de solista. Otras puertas se abren, nuevos desafíos se asoman. A su regreso en Italia la esperan roles en Woolf Works del inglés Wayne McGregor, una gira por el sur con El Corsario y, también, aparece en el horizonte La Bella Durmiente del Bosque. “Estoy feliz, es imposible no estarlo con este ida y vuelta, con tamaños maestros, con lo que la compañía nos brinda y con esta realidad de bailar en la Scala, que no es poco”. Sonrió y agradeció, antes de retornar al teatro que hoy hace de su vida una artista en plenitud.

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Egresado de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata, es en esa institución, a través de concurso abierto y de oposición de antecedentes, profesor adjunto del Taller de Producción Gráfica I Cátedra II y dicta el seminario El lenguaje periodístico gráfico: estrategias de escritura para su interés y efecto. Lleva más de tres décadas de trabajo en el Teatro Argentino de La Plata, en el que tiene a su cargo el Archivo Histórico Artístico. Asimismo, cuenta con una vasta trayectoria en la docencia universitaria, investigación, redacción y edición de publicaciones en su especialidad, la música clásica.

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